Cuando hablamos de las máximas figuras de Puerto Rico en el boxeo mundial, nos referimos a Wilfredo ‘Bazooka’ Gómez, Wilfredo ‘El Radar’ Benítez, Félix “Tito” Trinidad y aquellos que hicieron que el universo colocara sus ojos en la más pequeña de las Antillas Mayores, tales como los legendarios Carlos Ortiz, Sixto Escobar y Pedro Montañez.
La cosecha boricua en el boxeo mundial es fantástica. Unos 65 campeones mundiales en toda su historia, incluida ahí a la actual múltiple campeona del mundo en la rama femenina, Amanda Serrano.
Pero dentro de esos máximos nombres puertorriqueños está el más joven de todos y cuya fascinante trayectoria lo ha llevado a convertirse hoy en el décimo púgil boricua en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional, en Canastota, Nueva York: Miguel Ángel Cotto Vázquez.
Puerto Rico tiene en total 11 inmortales, incluyendo al reputado árbitro Joe Cortez.
El cagüeño, apodado ‘Junito’, tomó —sin él quererlo— el espacio dejado por Trinidad, para convertirse desde su debut profesional en 2001, tras su participación en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, en la nueva gran figura de Puerto Rico en el boxeo rentado.
Saltó al profesionalismo de la mano del veterano promotor Bob Arum, presidente de la empresa Top Rank.
Y durante sus 16 años de trayectoria, se convirtió en el primer boxeador puertorriqueño en ganar títulos mundiales en cuatro divisiones distintas.
Reinó en la división junior welter, welter, junior mediano y mediano.
Compiló marca de 41-6 y 33 KO’s, y enfrentó lo que en su Isla llaman ‘la crema y nata’ del boxeo, pues en la era de Cotto combatieron grandes nombres como Zab Judah, ‘Sugar’ Shane Mosley, Paul Malignaggi, Manny Pacquiao, Joshua Clottey, Floyd Mayweather Jr, Antonio Margarito, Sergio ‘La Maravilla’ Martínez, el controversial Ricardo Mayorga y el actual reinante campeón mexicano súper mediano Saúl ‘Canelo’ Álvarez.
A todos ellos y muchos más, Cotto enfrentó.
La pregunta de algunos siempre es, ¿fue Miguel Cotto el mejor boxeador puertorriqueño de todos los tiempos?
Cotto, que forma parte de la Clase 2022 del Salón de la Fama —que también es integrada por Roy Jones Jr., James Toney, Regina Halmich y Holly Holm— fue un boxeador impulsado por un padre estricto y organizado. La semilla de don Miguel Cotto Carrasquillo, quien falleció en 2010, par de meses luego del revés de su hijo ante Manny Pacquiao, fue clave en la formación del cagüeño.
Cotto fue un zurdo cambiado a lo derecho. Tenía la habilidad de pelear como ambidextro. Pegaba con ambas manos, y el volado de derecha fue una de sus marcas registradas. Así envió a muchos a la lona y conquistó sus coronas. Era veloz, un técnico depurado y aguerrido.
Para ser justos, es meritorio decir que Cotto fue un híbrido entre lo mejor que ha dado Puerto Rico. Pegador como Tito Trinidad, feroz y veloz como Gómez, y estratégico y con la habilidad increíble de pasar golpes como Benítez.
De todos sumó un poco, y también él se encargó de hacer su estilo.
Contó en su esquina con grandes entrenadores. El primero fue su tío Evangelista Cotto, y luego de situaciones familiares que los alejaron, el púgil optó por traer a su esquina al boricua Joe Santiago, pero por muy poco tiempo.
Luego integró al cubano Pedro Luis Díaz Benítez y finalmente hizo jefe de su esquina al inmortal Freddy Roach, con quien creo una gran relación y puso fin a su carrera en 2017.
Cotto es de esos pocos peleadores a los que los lauros no le hacen mucha cosquilla. Si vienen los disfruta, pero siempre consideró al boxeo su trabajo, tal como un policía vela por la seguridad o un bombero apaga el fuego.
Para algunos sus reacciones eran tomadas como arrogancia. Pero para quienes lo conocieron al fondo, supieron que, para Miguel, el deporte era su sustento, y una vez completada cada misión, olvidaba por completo los guantes y los ensogados, para disfrutar de otros deportes como el golf, el baloncesto y su gran pasión, la gastronomía.
“Gracias por simplemente enseñarme el valor de la familia, del amor, del sacrificio, de la disciplina, de la dedicación y el esfuerzo”, expresó Cotto al hacer una retrospección de su carrera cuando fue certificado como nuevo miembro del Salón de la Fama y en expresiones directas a su fenecido padre, a quien dedicó su gran logro.
“Gracias por enseñarme la honestidad y que la palabra camina junto a la lealtad para con seriedad afrontar la vida. Gracias por cada mañana que en contra de mi voluntad me levantabas para llevarme a correr. Por las veces que sabía que no había corrido y me mojaba con una manguera simulando el sudor. Por estar por mi, por mis hijos, y mostrarme el camino para que hoy —en el futuro que vistes antes de mí— hoy pueda vivir a plenitud sin que me falte nada junto a mis hijos”.
“Gracias por elegir el amor de tú vida, tu eterna novia que me cuida y me bendice toda la vida. Por dejar de ser tú, para ser para mí en cada paso de mi vida y de mis hermanos. Por nunca dejarme solo, por discernir y seleccionar a los que me acompañarían todo el camino. Gracias Dios por papá. Porque me regalaste el centro y arquitecto de mi vida. Papá, este reconocimiento eterno es para ti”, declaró de forma emotiva.
La entrada de Cotto al Salón de la Fama se da en medio de un atípico 2022. Dos años de cancelaciones de las ceremonias previas obligaron a que la Clase de 2022, se encontrara con la de 2021 y 2020.
La Clase del 2020 la encabezan las estrellas Bernard Hopkins, Juan Manuel Márquez y Shane Mosley.
La de 2021 es integrada por Wladimir Klitschko, Floyd Mayweather Jr., Andre Ward y Laila Ali.
De esas dos clases, Cotto enfrentó a Mosley en 2007 y lo derrotó por decisión unánime, y a Mayweather Jr., ante quien cayó por decisión en un multimillonario combate, en 2012, en Las Vegas.
Las grandes victorias de Cotto fueron cuando ganó su primer título mundial en 2004 al vencer a Kelson Pinto y hacerse del cetro junior welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en un evento que inauguró la acción boxística en el recién inaugurado Coliseo José Miguel Agrelot de San Juan.
Ganó en 2006 la corona welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al vencer por nocaut a su compatriota Carlos ‘El Indio’ Quintana, en un pleito en Atlantic City. Este fue su segundo título divisional.
Sumó luego en 2009 el título welter de la OMB al vencer a Michael Jennings, en Nueva York, título que defendió ante Joshua Clottey pero que perdió ese mismo año ante Manny Pacquiao, quien fue el primero en superarlo.
Volvió a la AMB en 2010 para hacerse del título superwelter con un triunfo sobre Yuri Foreman, en una pelea escenificada en el viejo Yankee Stadium, y coronarse también en una tercera división.
Enfrentó y venció al controversial púgil nicaragüense Ricardo ‘El Matador’ Mayorga, quien previamente había hecho frente si éxito a Oscar de la Hoya y a Félix Trinidad.
Y en 2011, perdió ante el mexicano Antonio Margarito en un combate donde hubo muchas dudas y en donde incluso se rumoró que el azteca había utilizado yeso en sus vendajes. El rostro deforme de Cotto obligaba a pensar en esa posibilidad, rumor que tomó notoriedad al luego quedar al descubierto la alteración en los vendajes de Margarito para su pelea con Mosley.
La tercera derrota de Cotto fue a manos de Mayweather Jr., en 2012, en un aguerrido choque en donde el propio “Money May” aseguró que las manos del boricua habían sido las que más había sentido a lo largo de su carrera.
Después de Mayweather, Cotto sumó otra derrota a manos de Austin Trout y a partir de ese momento, reclutó a Roach en su esquina.
De su mano, venció en 2014 a Sergio Martínez para ganar su cuarta corona divisional, al capturar el título del peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Su victoria fue muy significativa, pues fue precisamente la noche antes de que ‘Tito’ Trinidad fuera exaltado al Salón de la Fama en donde ahora también está Cotto.
En el cierre de su carrera, perdió en 2015 ante Saúl ‘Canelo’ Álvarez en un muy cerrado combate. Luego de dos años fuera, regreso para vencer al japonés Yoshihiro Kamegai por decisión y perdió ese mismo año ante Sadam Ali por decisión, en una noche no muy perfecta en el Madison Square Garden, lugar que fue su hogar en muchísimas ocasiones, al igual que para muchos de los que ahora le abren los brazos en el Gran Salón.
Los púgiles boricuas inmortalizados en Canastota son: Escobar, Montañez, José ‘Chegüí’ Torres, Ortiz, Gómez, Benítez, Edwin ‘Chapo’ Rosario, ‘Tito’ Trinidad y Héctor ‘Macho’ Camacho. El árbitro Joe Cortez completa el grupo que con Cotto asciende a once.
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